Por qué el pensamiento computacional (y VIII). Métodos colaborativos.- ¿Hacer cosas juntos o entender cosas juntos?.
Hace un mes y medio, el 5 de Noviembre, comenzábamos esta serie de ocho entradas que hoy concluimos.
En este recorrido toca llegar al final, aunque quizá haya más componentes del pensamiento computacional de los que hemos visto, y esperamos futuras críticas y propuestas. Vamos a concluir con el trabajo colaborativo.
En este recorrido toca llegar al final, aunque quizá haya más componentes del pensamiento computacional de los que hemos visto, y esperamos futuras críticas y propuestas. Vamos a concluir con el trabajo colaborativo.
Expresiones como trabajo
colaborativo o aprendizaje colaborativo son lugares comunes en la práctica de
la enseñanza y en las teorías del aprendizaje. Tienen su origen remoto en los
métodos socráticos, en el aprendizaje vicario y más recientemente en las
teorías de Vygostky, en las del aprendizaje situado de Merrill y en el
socioconstructivismo. Y han adquirido plena vigencia en los entornos conectados
de aprendizaje. Si bien las aportaciones más fecundas en el mundo del
aprendizaje con la ayuda de la tecnología se deben a David Jonassen, Mark
Davidson, Mauri Collins, John Campbell, y
Brenda Bannan Haag (1995).
En el mundo
computacional: La complejidad de desarrollos y arquitecturas hace inconcebible
el trabajo aislado. Tienen que producirse fuertes flujos de trabajo y de comunicación
que hagan posibles proyectos comunes en equipos amplios. De hecho se ha
desarrollado una ética, casi una mística, conocida y popularizada por Pekka
Himanen (2002) como la ética del hacker, basada en la emoción por compartir más
que en el valor económico del trabajo propio de la ética de Weber, la ética
protestante del trabajo.
En una buena parte esta
disposición a compartir y al trabajo colaborativo constituye un elemento para
la formación en valores del pensamiento computacional. Pero también implica un
desafío, no todo el mundo de forma inicial acepta compartir, implica un
compromiso e implica una técnica.
La definición más amplia pero igualmente imprecisa e insatisfactori, de
"trabajo colaborativo" es la que da Dillenbourg (1999): Trabajo
colaborativo es el que se produce en una situación en la que dos o más personas aprenden o intentan aprender algo juntos.
Es obvio que al menos hay tres imprecisiones en los elementos de esta
definición, que se pueden interpretar de diferentes maneras:
"Dos o más" es ¿un par?, ¿un pequeño grupo (3-5 individuos)?, ¿una
clase (20-30 sujetos)?, una comunidad (unos pocos cientos o miles de personas),
¿un MOOC?, ¿una sociedad (varios miles o millones de personas) ... ¿cualquier nivel
intermedio?. Esto da lugar a situaciones de aprendizaje completamente
distintas, cada una de las cuales lleva aparejado un análisis que de forma no
simple es muy diverso. Los entornos de los que estamos hablando y que permiten
un trabajo fecundo son aquellos que permitan de forma eficiente a cada
individuo procesar la información que genera el resto.
"Aprender algo" puede ser interpretado como
"seguir un curso con provecho", es decir cumpliendo los objetivos de
aprendizaje previstos, o también se puede referir de forma laxa a aprender (en
el sentido de comprender solo y memorizar de forma comprensiva) el "material
del curso de estudio", o bien "realizar actividades de aprendizaje
tales como la resolución de problemas", y en su caso óptimo que de ellas
se desprenda conocimiento o elaboración, igualmente puede ser "aprender de
la práctica del trabajo" que se realiza entre varios y en el que
interviene la interacción.
Y en esto último es cuando interviene el último
elemento de la definición: "juntos". Que en cualquier caso implica y
se debe interpretar como como una referencia a diferentes formas de interacción
que, por la forma física de realizarse, origina distintos entornos y proceso
cognitivos: Cara a cara, grupo o videogrupo (hangout), mediada por entornos de
red, sociales (web social), sincrónicas o no, frecuentes en el tiempo o no, si
se trata de un esfuerzo verdaderamente conjuntado y coordinado, si el trabajo
se divide de una manera sistemática en un entorno colaborativo, híbrido y
organizado con affordances a ese fin.
Combinados de múltiples formas y en relación con fines
de distinta naturaleza, pero todos ellos conducentes a aumentar el material
cognitivo de los participantes, y el común, constituyen ambientes que se
encuentran bajo la etiqueta de "aprendizaje colaborativo". Podemos
reconocer así a parejas o tríos de aprendizaje, que se desenvuelven a través de
trabajos intensivos y cortos para resolver un problema de forma conjunta y síncrona,
durante una o dos horas, a grupos de estudiantes que utilizan el correo
electrónico o Facebook durante un curso, o durante un año, a las comunidades de
profesionales que se desarrollan vinculadas a una cultura específica a través
de generaciones de participantes.
La actividad que se produce es singular y la
capacitación o las competencias para obtener el máximo rendimiento son
necesarias para el mundo computacional, con rasgos específicos (por ejemplo con
pasarelas de datos y de resultados), pero igualmente para el resto de
actividades que conducen a algún tipo de aprendizaje o de desarrollo. El
análisis tiene al menos tres dimensiones como hemos visto, cada una constituye
no de forma excluyente ni por separado del resto, un dominio de estudio y de
investigación: la dimensión de la situación de colaboración (tamaño del grupo, período de tiempo, affordances,…), el tipo y
características del "aprendizaje" y las formas de "colaboración".
Referencias útiles en un primer acercamiento son:
Sobre la noción de escala en relación con las
modalidades y los objetivos del trabajo colaborativo, "... los paradigmas
de investigación basadas en distinciones entre lo social y lo cognitivo”, se encuentra el
trabajo de Perret-Clermont, Perret y Bell (1991). Sobre las teorías de la
cognición distribuida (Salomon, 1993) en que el grupo es visto como un sistema
cognitivo. El proceso de construcción de un grupo de micro-cultura es estudiado
por Baker, Traum, Hansen y Joiner (1999), y por Hansen, Lewis, Rugelj y
Dirckinck-Holmeld (1999).
En resumen la cuestión
no es tanto aprender técnicas para trabajar juntos como encontrar una cultura
común, unas referencias y unas
experiencias que hagan que esa forma de trabajar fluya.
Con este apartado
dedicado a métodos colaborativos concluimos la serie de ocho posts y once elementos o componentes del pensamiento computacional.
Como dijimos al
principio queda por desarrollar pormenorizadamente los contenidos en un corpus
útil a las disintas modalidades y niveles de formación, así como para la
formación de maestros y profesores que los impartan.
Queda igualmente por unificar
las referencias teóricas
Otras informaciones las he aportado a propósito del pensamiento computacional
con relación al año del código (year of code) en el post de Tumblr Pensamiento computacional y precoding. Y también en el post Coding y pre-coding. Otros enlaces y conceptos relacionados los podemos ver en la
web oficial del Year of code.
Referencias.-
Baker, M., Hansen, T., Joiner, R., &
Traum, D. (1999). The role of grounding
in collaborative learning tasks. In P. Dillenbourg (Ed.), Collaborative
Learning: Cognitive and Computational Approaches. (pp. 31-63; 223-225). Elsevier
Science.
Dillenbourg, P. (1999).
What do you mean by collaborative learning?.Collaborative-learning:
Cognitive and Computational Approaches., 1-19.
Jonassen, D., Davidson,
M., Collins, M., Campbell, J., & Haag, B. B. (1995). Constructivism and
computer‐mediated communication
in distance education.American journal of distance education, 9(2), 7-26. http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/08923649509526885
Hansen, T., Dirckinck-Holmfeld,
L., Lewis, R., & Rugelj, J. (1999). Using telematics to support
collaborative knowledge construction. Collaborative
learning: Cognitive and computational approaches, 169-196. http://www.researchgate.net/publication/228559912_Using_telematics_to_support_collaborative_knowledge_construction/file/60b7d523962ffc2db3.pdf
Himanen, P. (2002). La ética del hacker y el
espíritu de la era de la información. http://eprints.rclis.org/12851/
Salomon, G. (1993). Distributed cognitions. Psychological and
educational considerations (pp.
111-138)
Cambridge, USA: Cambridge University Press.
Excelente artículo, muchas gracias. Pero perdone, no me quede claro quien es el autor ¿Miguel Zapata-Ros? Lo usare en mis CAMEL http://interconectados.org/
ResponderEliminarSaludos desde Caracas, Venezuela